LA CORPORALIDAD: DESDE LO OBSESIVO HASTA LO ANÁRQUICO

CLICK PÁGINA PRINCIPAL


LA CORPORALIDAD: DESDE LO  OBSESIVO HASTA LO ANÁRQUICO

por: RICARDO LARUG

Así como la corporalidad del ser humano ha evolucionado ... también su pensamiento se ha transformado hasta el punto de darle mayor trascendencia a las ropas y accesorios con los cuales visten sus amenazados cuerpos, y a las cirugías estéticas con las cuales buscan ocultar y/o modificar apariencias, que a los límites físicos y morales impuestos a su sexualidad o a las percepciones e ideas desde las cuales los “h@mbres” postmodernos construyen sus conceptos y modifican sus comportamientos desde sus pensamientos, sentimientos y acciones. 

Esas transformaciones en los planos motor-sensorial, emotivo-motivacional y lingüístico-cognitivo que han llevado al hombre a pensar-actuar de la forma en que lo hace, de la manera en que se asume “a sí mismos” o que razona sobre la propia corporalidad para adoptar uno u otro estilo de vida, han hecho que realicemos los siguientes cuestionamientos:

¿Qué tiene que ver el “jurásico” homofóbico y reprimido heterosexual del pasado con los hedonistas de hoy, incluidos los de la comunidad LGBTI, etc...?. ¿En qué se relacionan los dialécticos e históricos comportamientos de las mujeres sumisas y sometidas de ayer al de las liberadas chicas de finales del segundo milenio?, ¿Cómo se conecta el uso de la corporalidad de la antigua Grecia al que hoy le da la generación web?. ¿Cómo se pasó del hippie “a-corporal” al jugador “micrero” y “toma-trago” de barrio?. ¿De dónde salió el exagerado culto estético de las llamadas “tribus urbanas”? ¿Qué tiene que ver esto con lo activo o sedentario, con lo guerrero o pacifista que ha sido el hombre a través de la historia? ¿Cómo influyen los conceptos sobre “sí mismos” en el uso de la propia corporalidad?...¿Cómo se entrecruza todo ello en la construcción de una cultura del movimiento, de la acción motriz, de la actividad física, del ejercicio y del deporte?.

Para lograr responder a dichas inquietudes o por lo menos abordar los temas expuestos es necesario re-contextualizar los mismos y realizar varias observaciones que sirven de apoyo para entenderlos. Por ejemplo, hoy es muy usual ver a muchas personas modificar físicamente sus cuerpos mediante hormonas y cirugías, ya sea por razones estéticas, culturales, médicas, de identidad “generacional” o sexual o por otros motivos. Es decir: aunque muchas de ellas poseen un alterado culto por sus cuerpos no significa que sean plenamente conscientes de los mismos, por eso transgreden su naturaleza de forma facilista por razones que “subyacen” en lo social-cultural, porque es desde allí donde se generan, planifican y transforman los comportamientos a conveniencia y capricho de las élites privilegiadas y “entronizadas” en el poder(...) más que por iniciativa propia. Ver: “el corazón del hombre” de Erich Fromm: http://www.lecturalia.com/libro/18490/el-corazon-del-hombre

Un ejemplo de ello lo constituyen las distorsiones que históricamente se han concebido sobre el “esquema corporal” unidas no solo a los desórdenes y/o trastornos emocionales o “dismórficos”, sino a las tendenciosas influencias de los mercados, especialmente los de la moda y la estética, a las demandas sociales en fusión con los mundos del trabajo y del estudio, a los efectos del desarrollo técnico, tecnológico y científico y a los fenómenos de la “mediatización y la globalización”, entre otros. 

Cabe aclarar que el término “dismorfofobia” usado en éste post se refiere a un trastorno perceptual sobre la figura humana y su valoración corporal que consiste en una preocupación exagerada por algún supuesto defecto en la apariencia física, o bien, por una desproporcionada concepción de la misma. (Wikipedia y http://aupec.univalle.edu.co/piab/otrost.html

Sin embargo, no sólo se trata de analizar trastornos como la anorexia nerviosa, la bulimia o la vigorexia. Se trata de lo confuso y caótico que puede llegar a ser un comportamiento(desde lo obsesivo hasta lo anárquico) por culpa de una histórica y errónea idea sobre “sí mismos”, sobre la propia corporalidad y la de los demás, entendiendo por "comportamiento" la interacción en los contextos físico, biológico y social(http://es.wiktionary.org/wiki/), además de asumir el término “anárquico” como los modos de pensar-actuar y viceversa que para éste tema rayan con una despreocupación cuasi-total por la apariencia física, como una especie de negación de la corporalidad por razones que están más relacionadas con la ignorancia y la ausencia de formación-información que con cualquier otra cosa, en contraposición a quienes viven desmedidamente su corporalidad. Por eso muchos de éstos comportamientos tienen mayor afinidad con las necesidades emocionales que con las racionales, más con las formas de ver y sentir los cuerpos, que con la concepción que se tenga de ellos, más con los estilos de vida impuestos por los medios de comunicación y las maquinarias económicas y políticas, que con las propias dimensiones desde donde se piensa y reflexiona la vida.

Varios de éstos problemas -por lo general- se asocian a los conceptos de belleza corporal que histórica y socialmente han transmutado hasta llegar a “la cultura de masas” que hoy “conocemos” y en otros casos a necesidades de identidad personal y sexual. Aquí lo importante para quienes patrocinan los nuevos estilos y formas de vida es reproducir “la sociedad de consumo” sin importar el riesgo que se corra (desde una simple patología hasta la muerte) …y donde la oferta de productos y servicios estéticos y de moda son desbordantes, son “el pan nuestro diario de cada día”: cirugías, cremas “anti-age”, anabolizantes (esteroides), gimnasios, spas, “gels reductores”, fajas, ropas y accesorios tipo “fashion”, etc.

…Y se piensa y actúa así porque en “nuestro momento cultural” la corporalidad no existe más allá de lo estético. Lo fisiológico aquí no cabe. Para “la gran mayoría de las personas del común” sólo importa “el qué dirán”, el status y el poder que se pueda reflejar a partir de la apariencia externa, lo arribista que se pueda ser con tal de conseguir lo que se busca. Aquí no interesa lo fantástico y complejo del sistema endocrino o del cardiovascular. Lo importante es como se luzca externamente “sin pensar” en lo “podrido” que se esté “por dentro”, aunque en contadas ocasiones “se pregone” que la belleza y lo saludable van de la mano.

Elaborar un perfil psicológico de éstas personas (el 99,99% de la población) no es una tarea fácil, pero…si…por razones metodológicas se reduce el espectro sólo a los individuos con alteraciones en su imagen corporal por “dismorfobia”, la cosa sería más sencilla. En éste caso se diría que dicha disfunción estaría caracterizada por un obsesivo deseo ya sea a los cuerpos delgados o a los robustos dependiendo de las demandas socioculturales del momento, sumado a la distorsión del yo-corporal(esquema corporal y ajuste postural) en combinación con una baja autoestima, personalidad compulsiva y tendencias hacia la automedicación. Incluso se podría llegar al aislamiento social y laboral (Harrison G. Pope, médico psiquiatra norteamericano: http://aupec.univalle.edu.co/piab/otros.html

Otros comportamientos asociados con las nociones de “corporalidad” de las personas son los relativos a su propia orientación sexual y cuya alteración opera como una transgresión de lo emocional, lo sentimental, lo afectivo y –por supuesto- lo cultural. Sin embargo dichos comportamientos tampoco han contribuido en la construcción de una concepción del hombre postmoderno que difiera del uso de lo aparente, de lo estéticamente bello por fuera aunque hayan recurrido al ejercicio físico como una de sus alternativas para alcanzar sus ideales y objetivos en ésta materia.

En ésta categoría de “hombre-cuerpo” basado en su orientación sexual están desde los simples heterosexuales hasta l@s “chic@s de ambiente”, “o sea” los individuos de la controvertida comunidad GTLB, etc, etc...(gay`s, transexuales, travestis, lesbianas, bisexuales, etc). Mucho se ha dicho de todos ellos, en especial de éstos últimos y sobre quienes se afirma que sus consabidas tendencias se relacionan con un exagerado culto al cuerpo, máxime cuando se ha comprobado que sus niveles de conciencia corporal son más que una extensión de su “propio-yo”, incluso superior al desarrollado por las mujeres. Ver post: Del cazador pre-histórico a “Superman”

El heterosexual de hoy por ejemplo, no sólo es una especie homofóbica en vías de extinción, simplista y aburrido, sino que corporalmente suele tener actitudes anárquicas e impone sus inclinaciones intelectuales sobre las físicas. No es consciente de relacionarse con los demás (especialmente con el sexo opuesto) a través de todo su cuerpo sino sólo desde sus tradicionales sentidos. Niega -sin quererlo- su corporalidad porque desconoce su “inteligencia kinestésica” como ese otro sentido capaz de darle conciencia de sí mismo y por tanto no lo usa…entre otras razones porque carece de formación e información al respecto y por ello termina siempre siendo absorbido por la “masa de heterosexuales  a-corporales” que aún existen.

En efecto, aunque son muy pocas las personas conscientes kinestésicamente (bailarines, deportistas, cirujanos, etc) desconocen su concepto y alcances, vistos como la capacidad de “conciencia somática y motriz”, es decir, como aquella capacidad de percepción interna de sí mismos -en quietud o en movimiento-, al vivir desde el “darse cuenta”, a relacionarse desde la re-significación del registro de las experiencias corporales antes de automatizarlas y convertirlas en comportamientos sociales. (Ver: “el método kinestésico o estudio de la ciencia del movimiento consciente”. Jean Leboulch, 1924-2001).

Por su parte los “otros”, los corporal y sexualmente liberados tampoco es que tengan plena conciencia kinestésica como suele afirmarse, aunque sí lo son de sus tendencias sexuales expresadas no sólo mental sino corporalmente, haciendo a través suyo una extensión de sus variadas y controvertidas formas de sentir, expresar y vivir.

En síntesis, es innegable que la corporalidad del ser humano ha evolucionado a la par de su pensamiento, percepciones e ideas desde las cuales construye los conceptos y comportamientos desde los cuales se asume “a sí mismo” y se relaciona con los demás, ya sea como un homofóbico y reprimido heterosexual o como un hedonista “metrosexual”.  Pero también es cierto que históricamente ha sido víctima de sus propias distorsiones  relacionadas con su “esquema corporal”, incluidos sus desórdenes emocionales, trastornos que tienen cierta conexión con los fenómenos  “mediáticos y globalizados”  asociados a los conceptos de belleza manejados por la llamada “cultura de masas” que hoy “conocemos” y en la cual “vivimos”. Cultura que impone necesidades de identidad no sólo de índole personal sino sexual.  Cultura que refleja la incapacidad de “conciencia somática y motriz” heredada por generaciones y automatizada sin reflexión alguna con base en variadas y controvertidas formas de sentir, expresar y vivir. Ver post: Del cazador pre-histórico al “Superman” de hoy.

Por Ricardo Larug